Con información en tiempo real sobre la presión y la temperatura de los neumáticos, los operadores pueden asegurarse de que los neumáticos se utilizan siempre en los parámetros correctos. Si no es así, los operadores reciben una alerta y una indicación visual del neumático afectado.
El sistema consta de un transceptor y seis sensores en las válvulas de los neumáticos. Los componentes, perfectamente protegidos, son de la máxima calidad y están diseñados para resistir incluso en los entornos más exigentes.
El sistema lleva un control de tres parámetros: presión baja, presión alta y temperatura alta.
Cada neumático se supervisa de forma independiente y los límites de presión pueden modificarse fácilmente. Los límites de alarma se muestran como valores nominales y porcentajes.