• La cargadora de ruedas eléctrica L25 de Volvo Construction Equipment (Volvo CE) se puso a prueba en dos plantas de reciclaje de Eskilstuna Energy and Environment, en Suecia.
• En las cuatro semanas del proyecto de colaboración la máquina se utilizó en diferentes aplicaciones de manipulación de residuos y reciclaje, en la línea de los esfuerzos de Volvo CE por ofrecer un rendimiento eléctrico excepcional en todos los segmentos.
• Este modelo colaborativo único es lo que ha situado a Volvo CE en una posición de liderazgo en la transición hacia un sector de la construcción libre de emisiones.
La cargadora de ruedas Volvo L25 eléctrica, una de las varias máquinas eléctricas compactas fabricadas por Volvo CE, se puso a prueba en dos plantas de reciclaje de Eskilstuna Energy and Environment a lo largo de cuatro semanas. En colaboración con el concesionario Swecon, la máquina de cero emisiones se utilizó en un punto de clasificación de la planta de reciclaje de Lilla Nyby y posteriormente se trasladó a una zona de transferencia junto al vecino centro comercial ReTuna, el primer centro comercial del mundo con climatización inteligente que vende únicamente productos reciclados o de segunda mano.
En las plantas la L25 eléctrica trabajó con intensidad en diferentes tareas, como la limpieza de terrenos y la clasificación o elevación de productos reciclados o donados, y pudo hacerlo sin ningún problema gracias a los implementos intercambiables, como la cuchara de nivelación, las horquillas hidráulicas avanzadas y la barredora Holms. Y todo utilizando únicamente un cargador integrado (CA) como fuente de potencia.
Gustav Boberg, responsable de segmento de Volvo CE, comentó: “Ha sido un privilegio colaborar con empresas con una visión compartida como Eskilstuna Energy and Environment y ReTuna en este proyecto. Solo trabajando juntos podemos garantizar el uso de soluciones más sostenibles en la cadena de valor. Y compartiendo nuestras experiencias esperamos que otros vean en nuestras soluciones eléctricas una vía para alcanzar sus propios objetivos de sostenibilidad.”
La L25 eléctrica se desenvuelve sin problemas en diferentes tareas en dos plantas de residuos y reciclaje de Eskilstuna (Suecia)
Además de la excelente acogida de la máquina entre clientes y operadores, gracias a su excepcional rendimiento, otra de sus ventajas es el ahorro económico. A lo largo de dos semanas, el uso de una sola máquina eléctrica permitió reducir 250 kg de CO2, lo que correspondería a como mínimo 6 toneladas de CO2 en un periodo de seis meses a pleno rendimiento en esta aplicación. La L25 eléctrica no solo permitió reducir el CO2 en las dos plantas, sino que consiguió un ahorro de un 86-87% en los costes de la energía en las dos plantas, ya que los costes de carga son mínimos en comparación con el coste del combustible de una máquina diésel equivalente.
De hecho, la máquina consiguió ofrecer el mismo rendimiento excepcional que su homóloga diésel, pero con la ventaja añadida de unos niveles cero de ruido y emisiones y un entorno de trabajo más agradable, lo que le granjeó nuevos admiradores.
La operadora Amanda Sihvonen aseguró después del periodo de prueba que estaría encantada de recomendar la L25 eléctrica a otros compañeros. Y añadió: “Cuando me enteré que íbamos a probar máquinas eléctricas era bastante escéptica, pero cambié totalmente de opinión después de conducir la máquina.” Además, tiene la tranquilidad de que la máquina ofrece una autonomía suficiente para cubrir las necesidades de la jornada laboral y cree que sus niveles de rendimiento y fiabilidad no tienen nada que envidiar a los de una máquina diésel.
La operadora Amanda Sihvonen se ha convertido en una incondicional de las máquinas eléctricas después de la prueba piloto.
Uno de los objetivos primordiales del proyecto era conocer las opiniones de los operadores, no solo en relación con el rendimiento de las máquinas, sino también sobre el uso de los implementos, para garantizar que las soluciones eléctricas ofrecen una flexibilidad y una disponibilidad máximas. La información obtenida con este proyecto influirá en los futuros diseños.
Una de las ventajas descritas por los operadores fue el funcionamiento prácticamente silencioso de la L25 eléctrica, lo que facilita por ejemplo mantener una conversación con un visitante.
Las máquinas eléctricas son ideales para las aplicaciones de manipulación de residuos y reciclaje, entre muchas otras, ya que contribuyen a una forma de trabajar más sostenible, en sintonía con las ambiciones ambientales y las operaciones de la propia empresa. Este concepto de economía circular conecta con los objetivos empresariales de Volvo CE, que se ha comprometido a conseguir un nivel cero neto de emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2040 en todas sus operaciones y su cadena de suministro.
El centro comercial ReTuna se sustenta sobre la pasión por el medio ambiente y la voluntad de aportar a la sociedad ofreciendo unos modelos de compra más sostenibles.
Sofia Bystedt, directora del centro ReTuna Återbruksgalleria, afirmó: “Aquí, en Eskilstuna, tenemos unos objetivos de sostenibilidad muy ambiciosos. Junto con el ayuntamiento, aspiramos a ser climáticamente positivos antes de 2045 y este es uno de los motivos que nos llevaron a colaborar con Volvo CE y el concesionario Swecon. La idea de probar nuevas soluciones eléctricas para ver cómo se integran en nuestro entorno de trabajo y contribuyen a crear un mundo mejor es tremendamente ilusionante.”
Jefa de Marca, marketing y comunicaciones
Equipo de construcción Volvo
Ventas región Europa/internacional
Correo electrónico: anne.bast@volvo.com